La comunidad de San Geraldo, en el cantón Ponce Enríquez, celebró con orgullo la inauguración de una obra que nació del esfuerzo colectivo, la solidaridad y el compromiso: el adoquinado de sus principales calles, una transformación que simboliza la unión entre vecinos, trabajadores y el empresario minero Baldor Bermeo, impulsor de este proyecto.
Durante el evento, los moradores destacaron que este logro no solo representa una mejora vial, sino una muestra de lo que se puede alcanzar cuando la comunidad trabaja de la mano. Baldor Bermeo aportó los recursos necesarios para la obra y, junto a los habitantes del sector, organizó una verdadera minga comunitaria, donde cada uno contribuyó con lo que tenía: alimentos, combustible, apoyo logístico y sobre todo, voluntad.
La iniciativa también generó empleo local, ya que la mano de obra fue contratada directamente en la comunidad, brindando oportunidades a decenas de familias que hoy celebran doblemente: con nuevas calles y con el orgullo de haber sido parte del proceso.
La obra beneficia a más de 5000 mil habitantes, mejora la movilidad, impulsa el comercio y devuelve la esperanza a un sector que por años se sintió olvidado. El acto de inauguración se vivió en un ambiente festivo, con música, comida tradicional y una participación masiva de vecinos que reconocieron el valor del trabajo conjunto.
“El verdadero desarrollo no solo se mide en obras, sino en la capacidad de unir a la gente por un objetivo común. Este adoquinado es el reflejo de un pueblo que decidió avanzar con sus propias manos”, concluyó Baldor Bermeo, reafirmando su compromiso con Ponce Enríquez.





